jueves, 28 de enero de 2016

La organización del tiempo cuando te emparejas

Todo cambia

 




Cuando estás soltero tienes todo el tiempo para ti. Para tus aficiones y caprichos. Y dispones de él a tu antojo.

Tengo amig@s, que cuando empiezan a salir con alguien, se empeñan en seguir siendo "libres". En no variar sus rutinas. En no modificar la organización de su tiempo. Para ell@s el estar emparejados no tiene por que alterar su vida.

Lo siento. Si que la altera.

El emparejarte, o cualquier otro cambio en tu vida, altera la organización de tu tiempo. 

Tengo así amig@s que quieren seguir saliendo a los mismos locales y con los mismos amigos que cuando estaban solter@s. Y durante la misma cantidad de tiempo.
Que quieren seguir dedicando el mismo tiempo a sus aficiones.
Al final la persona que tienen a su lado termina sintiéndose excluid@. Casi un estorbo en sus "apasionantes" vidas.

La persona con la que estás empezando necesita su tiempo. Si quieres que forme parte de tu vida, tendrás que darle una parcela. E indefectiblemente, el tiempo que le dediques tendrá que salir de algún lado.

No vas a dejar de ser "cool" por dejar de ir constantemente a ciertos sitios o de quedar a todas horas con esos "superamigos".

Cada fase de la vida precisa de una organización de tiempo distinta. 

No es malo, ni bueno. Simplemente es así.

También se da el caso opuesto. Los que conocen a alguien y de repente TODO su tiempo es para él/ella. Dejan de quedar con sus amigos, de cultivar sus aficiones, ....

Ni tanto ni tan calvo.




lunes, 25 de enero de 2016

Cuando consientes todo a tu pareja

El pelele




Al enamoramos sólo tenemos ojos para nuestra pareja. Queremos agradarla y solemos complacerla en todo. Cualquiera de sus caprichos nos parece justo, y si no, nos da igual. Se lo concedemos también. Es la persona más maravillosa del mundo y además quiere estar con nosotros.

Por desgracia, hay casos, en los que esta actitud termina siendo lo habitual. 

Veo así a mi alrededor personas que no tienen ni voz ni voto frente a su pareja. Que sólo hacen lo que el/la otr@ quiere. Que, por amor, o por miedo, no se atreven a contradecirla. La mayoría de las veces por miedo. El temor a perder la pareja si no hacen lo que el/ella quiere, termina convirtiéndol@s en peleles.

El/la pelele cree que no contradiciendo a su pareja, la tiene siempre contenta. Pero no. 

Lo único que acaba consiguiendo, a la larga, es su desprecio. 

Tener al lado a una persona que se puede controlar en todo momento, termina restándole valor. Y nadie quiere a su lado a alguien sin valía. Los juguetes nos entretienen un rato, pero terminamos hartándonos de ellos.

En el fondo se trata de un problema de autoestima. Creen que no se merecen a nadie mejor. Que ya bastante és que él/ella haya accedido a estar a su lado. En realidad consideran que el otro les está haciendo un favor.

Desde luego no parece el mejor escenario para ser feliz.

Dudo que esta situación sea la que imaginaban, cuando te veían enamorados y en pareja.

jueves, 21 de enero de 2016

Estar casado

O la consecución de un status





Como he comentado en otras ocasiones, la sociedad nos presiona para que consigamos ciertas cosas. Una casa, un coche, un buen trabajo y el tema que quiero tratar hoy: el estatus de casado.

A ojos de la sociedad un soltero es alguien que aún no ha conseguido casarse. No es una situación buscada, si no una en la que te encuentras mientras no aparece "quien te quiera". En resumidas cuentas, un/a fracasad@.

Eso lleva a ciertas personas a tratar de conseguir, a toda costa, el status de casad@. Es gente para la que es más importante ese status que la persona con quien lo consigan.

He visto así, a mi alrededor, a personas juntarse con algun@s especimenes que "pa qué".

El resultado ha sido el esperado. Casad@s que una vez superada la euforia de la boda empiezan a quejarse de su pareja. A estar hart@s de ella/él.

Son personas que confunden estar casado con ser feliz. Y son dos cosas distintas. Nada tiene que ver una con la otra.

Así, una situación que podría llegar a ser maravillosa se convierte en un infierno.

Uno puede ser feliz soltero. Y esta no tiene por que ser una situación transitoria mientras llega alguien. 

Desde luego es bastante mejor que juntarse con cualquiera sólo para conseguir el status de casado.

Tú verás que te interesa más.

lunes, 18 de enero de 2016

Tratar el rechazo





He estado soltero durante muchos años. 

Y en todo ese tiempo se me acercó y me acerqué a mucha gente. 
Unas veces les gustaba yo y ellos no me gustaban a mi. 
Otras era yo el que no les gustaba.

Siempre me he tomado las relaciones como un juego. Y como tal, a veces ganas y a veces pierdes. Y eso no te convierte en mejor o peor jugador. Ni, por supuesto, en alguien más o menos válido.

Es algo de dos. Yo sólo podía influir sobre una de las partes. La mía. La parte del otro es algo sobre lo que nunca tuve control.

Tengo amig@s a los que este rechazo, el no gustar a la persona que a ell@s les interesa, les causa gran desazón.
Cada vez que son rechazad@s se sienten una mierda.
Y en el cielo cada vez que alguien que les gusta se fija en ell@s.

Dejan su propia valoración en las manos del otro. Como si de un día al siguiente se pudiese pasar de ser estupendo a una mierda. Todo en función de los demás.

Tú siempre eres el mismo. Es una locura dejar tu autoestima en manos de desconocidos.

Fíjate en ti mismo. 

Te gustan algunas personas y otras no.
Eso no hace que unas sean buenas y otras malas. 

¿Cuántas veces la persona que a ti no te gusta le apasiona a tu amig@?.
Y al revés. Tu amig@ no puede entender que te guste esa persona.

jueves, 14 de enero de 2016

El mundo no es el que tú ves

Sólo ves una parte






Tengo un amigo que estuvo de recepcionista en un departamento de atención a personas con enfermedades sexuales. Una de las preguntas que hacia siempre era:

- ¿Cuántas veces práctica el sexo al mes?

La respuesta siempre era la misma:

- Lo normal.

Aclaró que este "lo normal" iba desde varias veces al día hasta menos de una vez al mes.

Y ahí esta el punto interesante. Todos solemos pensar que lo que nos pasa a nosotros es lo normal. Y por ende, que la gente que nos rodea es la "normal".

Siento informarte que esto es falso.

Tú sólo ves una parte de la realidad.

Cuando alguien se nos acerca, sin darnos cuenta, realizamos un análisis sobre cómo es esa persona. Y solemos rehuir de la gente que es muy diferente de nosotros. Tendemos a juntarnos con nuestros pares. Personas con valores e ideas afines a las nuestras.

¿Para que quieres estar con alguien tan distinto a ti que te haga estar discutiendo todo el día con él/ella?. Cuyas ideas te resulten irritantes u ofensivas.

Eso es algo que debes tener claro. Te juntas con tus afines, y por tanto, la realidad que ves es totalmente parcial.

No es bueno ni malo. Sólo es algo que uno debe tener claro.

Así te evitarás llevarte sorpresas del tipo:

- ¿Pero quien a votado a esta gente?
- ¿Pero quien está a favor del racismo?
- ¿Pero quien está en contra de la igualdad de derechos de mujeres, gays, negros, etc?

- ¡Si todo el mundo que conozco piensa como yo!

lunes, 11 de enero de 2016

Tienes derecho a estar triste

No eres un payaso




Acabamos de pasar unas fechas en las que tienes la "obligación" de estar contento. 

La sociedad lo ha decidido así. Tienes que estar cerca de la familia, perdonar a todo el mundo, hacer muchos regalos, comer como si no hubiese mañana y ser feliz.

Y si no lo eres, es que tienes un problema.

Pues no.

Tú no eres un payaso que tenga que estar siempre sonriendo. Ni feliz por que la sociedad lo haya decidido.

Como ser humano tienes derecho a estar triste. O feliz. Pero por que tú lo decides o te cuadra así.

Se ha instaurado la idea de que la tristeza es algo malo. Y es cierto que en demasía puede serlo. Pero es un sentimiento tan válido como cualquier otro. Y como tal tienes todo el derecho a ejercerlo.

Ocurre lo mismo con el llanto. En cuanto lloras aparece alguien a decirte que no. Que tienes que sobreponerse. Que no debes llorar. Digo lo mismo. Si la situación lo pide, llora. Es tan bueno y válido como puede serlo estar alegre cuando toca.

Nunca te sientas culpable por estar triste. Hoy estarás así y otro día feliz y dichoso.

Todo tiene su momento. Y no es ni bueno ni malo.